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El Perdón y el Desenvolvimiento Espiritual.

Somos Humanos y somos Divinos, desarrollamos una personalidad y caminamos hacia el Amor desde un Alma. El ego es el compañero de la personalidad, y Dios es el aliado del Alma. Desde esta perspectiva crecemos y nos relacionamos con nosotros mismos, con los demás, con la vida y con Dios. En este conjunto de relaciones es donde creamos nuestras mayores dificultades o nuestros mejores aciertos, y esta realidad depende de qué tanto hemos aplicado el perdón y crecido en el Amor.

Sabemos que el perdón no es un proceso fácil de aplicar, ésto se debe al Ego, que interfiere en el desenvolvimiento espiritual, cuando no se ha trabajado lo suficiente, para lograr convertirlo en el mejor aliado del Alma. Así las cosas, la primera tarea a desarrollar para lograr la máxima expresión del amor, que es el perdón incondicional, es el desafío de domesticar el Ego y llevarlo hacia la renuncia amorosa; es decir, al desapego a la imagen, la apariencia, el afán de tenencia, el control y el mando sobre todo y todos los demás. Un Ego centrado en sí mismo, es la mayor dificultad para el perdón.

El Amor es el disolvente del Egocentrismo.

Aprender a Amar sanamente es clave en el proceso del perdón. Lo primero es amarnos a nosotros mismos, querernos, cuidarnos y valorarnos. Volvemos a nacer cuando nos aceptamos como somos, decidimos aprender de nuestros errores, ser tolerantes con nuestras fallas y disolver la culpa, la rabia, el rencor y el resentimiento. Practicar el primer Amor es querer ser buenos y amables consigo mismo.

Desde una perspectiva psicológica, sólo es posible Amar a Dios, si primero nos amamos a nosotros mismos. El sano amor propio nos lleva al más grande Amor. Sentirnos amados por Dios y Amarlo con todo el corazón, con toda el Alma y con todas las fuerzas. El perdón brota espontáneamente cuando el Amor de Dios nos llena de paz, de gozo y de esperanza.

Amar a la otra persona es el paso siguiente. Es un ejercicio de amorosa comprensión que nos permite ponernos en su lugar y verlo con una mirada compasiva y comprensiva. La comprensión y el no juzgamiento nos acerca al distante y al distinto. Amar al otro nos es mas fácil cuando antes hemos sido buenos con nosotros mismos y hemos sentido cuan bueno es Dios con nosotros.

En la domesticación del Ego y el caminar hacia el Amor podemos contar con ayudas y técnicas de crecimiento personal y espiritual, entre éstas están:

La conversión.

Se trata de cambiar un corazón de piedra por un corazón de Amor y este hecho sólo se logra con una vivencia espiritual profunda. Una persona que tiene un encuentro con Dios amor, mas allá del credo religioso que profese y practique, experimenta un renacimiento espiritual, no necesita discursos ní conferencias sobre el perdón. Perdona de verdad y es capaz de realizar gestos mas allá del ego, como hacerle el bien a quien le ha hecho daño.

La oración.

En lugar de repetir plegarias de un modo rutinario y memorístico, la oración nos lleva a una sincera comunicación con Dios, a un encuentro con nosotros mismos y a un crecimiento espiritual. El desafío es convertir la oración en vida y la vida en oración. La meta es alcanzar la contemplación en la que ya sobran las palabras y logramos la unión mística con el Amor. La oración nos dice que la tarea es Amar, y la mejor expresión del Amor es servir, perdonando logramos esta realidad.

La meditación.

Es fuente de serenidad y crecimiento espiritual, ayuda a acallar la mente discursiva y disuelve los enredos del ego; trae paz interior y claridad de pensamiento. Luego con el tiempo y la práctica, sensibiliza el corazón y se escucha su amoroso lenguaje, en este punto entramos en el Alma y encontramos a Dios vivo habitando en nosotros. La meditación no es particularidad de los místicos y personas dedicadas a la vida contemplativa, debe ser cotidianidad como lo es el ejercicio y la alimentación, de esta forma la mente se serena y la sabiduría llega. La mejor forma de meditar es Amar activamente, y la mejor forma de expresión del Amor es el perdón, mediante el cual se sanan las heridas resultado de las relaciones dominadas por el Ego.

La visualización.

Si quieres caminar mas rápido y consciente en el camino del perdón, ejercita la visualización con frecuencia. Ojala te acostumbres a relajarte, cerrar tus ojos con suavidad y ver dentro de tí, escenas de armonía y comprensión, donde perdonas generosamente y llegas a la reconciliación. La visualización permite aprender a ver a los demás con una nueva mirada, permite proyectarnos a un futuro de sanación, a un pasado de perdón y a un presente de Paz interior.

Las experiencias de crecimiento personal.

Como las que se obtienen a través de seminarios, talleres y grupos de terapia y oración. Hoy en día contamos con toda una variedad de estas experiencias, es sano saberlas aprovechar, sabiendo elegir entre todas las ofertas, ya que junto a experiencias serias y bien orientadas, existen otras que en vez de ayudar a la disolución del Ego, lo que hacen es que más lo reafirman. En este punto, lo sensato es equilibrar una mente abierta con una mente crítica y un corazón centrado en el Amor. Toda sana experiencia de crecimiento personal estimula el desenvolvimiento espiritual.

Para poder perdonar hay que examinar viejas creencias, erradicando unas y cambiando otras. Necesitamos llegar a una percepción de la vida menos distorsionada por imágenes erróneas acerca de Dios y las personas; la realidad, el amor y la amistad. ¡Cuantas veces nuestros conflictos internos y externos nacen de ideas preconcebidas, falsas apreciaciones, actitudes cerradas y falsos paradigmas!

El descondicionamiento de patrones y falsas creencias es vital para avanzar en el proceso, recordemos que el perdón es una planta que germina, brota, crece y da buenos frutos en tanto se cuide la cosecha cultivando sanos comportamientos. Como buen sembrador de semillas del Alma, te sugiero cultives los siguientes hábitos.

Cultiva expectativas realistas.

La actitud realista es una clave de oro en las relaciones con los demás. Perdonar no es tan complicado cuando entendemos que nadie vino a la tierra para satisfacer nuestros deseos, ní a llenar nuestras expectativas. Mientras más realistas y sanas sean nuestras expectativas hacia los demás, mas rápido dejaremos de controlarlos y querer cambiarlos.

Le abrimos la puerta a la armonía, y expulsamos la rabia y el rencor, si cambiamos el egoísmo por el respeto y por un sano realismo.

Demos importancia al desenvolvimiento espiritual.

El perdón es una vivencia espiritual. Es por ésto que los que cuidan de su Alma y están más unidos a Dios, alcanzan mas rápidamente la paz interior y la liberación que ofrece el perdón.

Cuando lo espiritual es una prioridad, difícilmente alimentamos odios y rencores, y antes bien, perdonamos de corazón y recordamos en paz. El perdón es al Alma, lo que el conocimiento a la mente y el alimento al cuerpo.

Cambiar esquemas mentales.

Perdonar es una experiencia menos difícil si aceptamos que tenemos ideas erróneas sobre el Amor y las relaciones afectivas. Si aprendemos a amar sin posesividad, sin coartar a las demás personas, sin quitarles espacios y en un plano de mayor independencia, entonces sus limitaciones y debilidades no nos sorprenderán tanto y las entenderemos, aunque al mismo tiempo sabremos cuidarnos y valorarnos.

Superar el Esqueísmo.

Perdonar es mas fácil cuando superamos todos los ismos que nos ciegan, limitan, dividen, enfrentan y radicalizan: Individualismo, fanatismo, egoísmo, dogmatismo, perfeccionismo, conformismo, inmediatismo y todos los extremismos. Son creencias limitantes que nos llevan a rechazar, discriminar, odiar o perseguir a otros, sencillamente porque no comulgan con nuestro modo de pensar y de vivir .

Para perdonar necesitamos una mente abierta y un corazón universal.

Una nueva forma de sentir a Dios.

Perdonar es una meta alcanzable si examinamos muchas ideas que tenemos sobre la existencia y sobre Dios, y si nos atrevemos a interpretarlas de nueva forma. Debemos estar preparados para revaluar nuestros conceptos acerca de Dios, debemos cuestionar las ideas que nos han inculcado acerca de EL. El pensamiento y el conocimiento avanzan a pasos agigantados y, a medida que asimilamos nuevos hechos y nuevas corrientes de conocimiento, vemos que nuestras ideas de divinidad también pueden ser revisadas con objetividad.

Nos hemos hecho mucho daño con imágenes y conceptos de un Dios justiciero, el Dios guerrero, el Dios exclusivo de una religión, el Dios castigador, o el Dios milagrero que nos saca de todos los problemas con ciertos ritos u oraciones. Con estos Dioses terminamos siempre peleando porque son hechura nuestra. Es casi imposible ser tolerantes y bondadosos sino borramos estas creencias de la mente.

Vivir en desapego.

Perdonar es posible cuando actuamos con desapasionamiento y con un sereno desapego, entendido éste como una amorosa renuncia al egoísmo. Así sabremos relativizar los hechos con calma y libertad, alcanzamos la paz interior que disfrutan los iluminados. Hacemos de la paz interior un estilo de vida, y nos damos cuenta que esa calma y ese gozo no se pueden sacrificar con emociones negativas. En nuestro centro de paz estamos con Dios, y con El, sólo hay espacio para la armonía en el amor.

Ps Fabio Trujillo


 
 
 

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